Son las cuatro de la mañana y todavía hay espacio aquí, entre residuos y escombros, entre ratones y moscas y lo peor es que creo que ya me acostumbre al olor. Me acostumbre a los perros, y a los gatos y hasta a los desagradables recogedores de basura que se burlan de mí.
En un Vertedero de basura estoy y hace días que me encuentro aquí. ¿Como he sobrevivido? no lo se, pero por razones milagrosas del destino aun sigo con vida; A veces quisiera que el destino no me quisiera tanto. ¿Como llegue a parar aquí? tampoco lo se. Lo que si se es que alguien o algunas personas consideraron que este era el mejor lugar para yo existir o para morir.
Una inmundicia, una porquería, así es que me siento. Créanme, una vez fui alguien con una labor importante en la vida o eso me dijeron desde que tengo 5 años. "tienes un propósito importante que cumplir". Nunca recorrió el pensamiento por mi mente de que algún día mi propósito seria morir aquí.
Mi historia es sencilla. Soy huérfana de padre y madre. Mi madre era una prostituta que vendía cuentos de niños en las mañanas y su cuerpo por las noches. Mi padre, que nunca conocí su paradero, era un hombre que vivía de la estafa. Ambos murieron, de diferentes formas. Mi madre murió atropellada por un camión de helado y mi padre murió de un infarto. Estoy convencida de que tuve una mejor vida de la que me hubieran dado esos dos personajes. Gracias a Dios, mi madre la prostituta me abandono en un parque donde me encontró una monja llamada Terri y me acobijo en el convento mi dulce paz. Allí crecí, me desarrollé, y hasta los 21 años seguí laborando allí.
El convento era mi casa, mi vida y también mi trabajo. Yo estaba encargada de los niños huérfanos como yo que vivían allá. No voy a negar que fuera una labor muy gratificante, y que cada noche me sintiera bien.
A veces me preguntaba si esto era todo lo que iba ser de mi vida. Si llegaría a vieja siendo monja. Lo pensaba y en realidad no quería seguir aquí, ya estaba cansada de la monotonía. Me sentía vacía y con una inmensa curiosidad de saber que tenia el mundo que ofrecerme.
Una noche decidí salir de noche. Le dice al seguridad que se llamaba Carlos, que saldría a visitar una amiga, y también el informe al padre y las monjas. Salí a la calle 24, que era una calle muy visitada y estaba llena de luces. De repente, mientras pasaba por diferentes locales, restaurantes, clubes nocturnos, y ahí estaba un vestíbulo, me causo curiosidad y decidí entrar. Me sentía que estaba haciendo algo prohibido pero la curiosidad me mato, cuando entre varias personas me miraron extraño andaba siempre con mi uniforme de monja y immediamente, alguien me tomo por el brazo y me dijo "carlota estas tarde" le mire con cara de asombro y le dije " pero si yo... luego me dijo " ven que tu eres la próxima." ¡Dios mío! que estaba pasando este hombre me confunde con una persona que se llama carlota que podría yo hacer? El me arrastraba a la fuerza hacia detras de los vestidores.
Entre y vi esas mujeres semidesnudas y con maquillajes exagerados. En ese momento el hombre que me llamaba carlota me sentó apresuradamente y inmediatamente comenzaron a maquillarme.
Pensar que debía escapar mientras no me veían pero algo en mi me decía "quédate, Carlota"
Después del show, me contrataron a ir tres veces a la semana e hice esto por varios meses.
Comenzó un chisme en el convento sobre si estaba saliendo con un muchacho o si estaba haciendo negocios para cambiarme de religión. Un día, la hermana Karla encontró evidencia de un lápiz labial y inmediatamente se lo comentaron al padre Mario. Un noche me siguieron hasta el vestíbulo y entraron por la puerta y me vieron bailar cuando me fije de sus presencias, los mire y ellos me miraban llenos de indignación, odio, rencor, y muchos sentimientos que no puedo decir ahora mismo. Terri, subió al escenario y como si tuviera 5 años de edad, me agarro por el brazo y me llevo con ella a donde estaban los demás. En ese momento, piensas que tal vez se paro la música y todos estaban sorprendidos por lo que había pasado, pero no, el show tenia que continuar y así fue, Sally una de mis compañeras salio y todo siguió normal.
Cuando llegue al frente del padre Mario, nunca lo había visto tan molesto me dijo, " ¡Como pudiste! haz defraudado a tu padre en los Cielos. ¡Nos utilizaste.....!"
Una sola palabra no salio de mis labios, y Terri le dijo al padre Mario, " si nuestro Dios en el cielo nos perdona porque no nosotros a ella"
Ya de regreso en mi habitación, me puse a pensar y no entendía porque me había tocado vivir la vida que no escogí. Pude ser doctora, o tal vez un agente secreto del FBI. Sentía que algo más debía hacer con mi vida y no necesariamente esto. De pronto, caí en un sueño profundo y cuando abrí los ojos desperté aquí. En este asco, en esta mugre. Ya llevo tres días y hecho algunos amigos como Max la rata, Carlos el perro biralata y a veces me visita Mariela la culebrita. Hasta cuando seguiré aquí no lo se pero algo si se ,Monja no volveré a ser.
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